Consejos
a un joven poeta
Puesto
que ignoras demasiados mecanismos
y
los que sabes te cuestan
desvelos
desasosiegos sobresaltos
pesadillas
diurnas y nocturnas
para
reconciliarte con el mundo
atiende
hijo mío a la voz de la experiencia:
Calla
cuando hablen los mayores de la tribu
Y
no trates de interrumpirlos con finos modales
cosa
fatal por dos razones: porque son
tus
mayores y porque no te asiste la razón
directamente
inspirada por el Espíritu Santo.
Aprende
a leer el pensamiento de tu interlocutor
y
sorpréndelo a base de ingenio y encanto personal.
Celebra
chistes estúpidos y ensaya sonrisas
de
complicidad con sátrapas y prelados.
Deja
en paz al señor Arzobispo quien ningún daño
ni
perjuicio te ha ocasionado.
Endulza
tu lengua y no repitas tan a menudo
la
palabra hijo-de-puta.
Entrénate
en caminar por las aguas sin hundirte
y
en correr descalzo por cables de alta tensión.
Si
adquirieras lo que te falta
y
botaras lo que te sobre
otro
gallo cantara:
Bordarías
en cálidas puntadas
un
Diario del poeta recién casado
y a
corto plazo triunfarías oh hijo de mi alma
en
el certamen anual de arreglos florales.
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