Un
cuento sin hadas
En
este baile no perdí mi zapatilla
todo
lo tenía puesto y se ha esfumado,
quedé
con mis andrajos nuevamente
y
he vuelto a las cenizas, a los rincones.
Ya
no hay príncipe que busque mi presencia,
ni
hadas, ni bailes, ni palacios,
sólo
castillos dibujados en el polvo,
sin
palabras, sin risas, sin ventanas.
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