La
gitana
Vete,
vete, gitana, la de los peines rojos.
Gitana, la gitana, la del olor impuro.
Florero de claveles. Zacatín de los piojos.
Pero no, no te vayas. Aquí tienes el duro.
Gitana, la gitana, la del olor impuro.
Florero de claveles. Zacatín de los piojos.
Pero no, no te vayas. Aquí tienes el duro.
Aquí
tienes mi mano. Clava, clava tus ojos,
clávalos en los míos, si quieres. Yo te juro
sobre tus amuletos y quebranta cerrojos
y chusquines robados, que no temo el conjuro
clávalos en los míos, si quieres. Yo te juro
sobre tus amuletos y quebranta cerrojos
y chusquines robados, que no temo el conjuro
de
tus pestañas, aunque todos saben que pones
en ellas cierto dengue de hollín, cierto agorero
tiznajo de candiles, con sus invocaciones.
en ellas cierto dengue de hollín, cierto agorero
tiznajo de candiles, con sus invocaciones.
¡Ah!
gitana de almíbar, pegajosa y lejana
como tu voz, ¡ah!, vete, vete cuanto antes. Pero
no te vayas aún, no te vayas, gitana.
como tu voz, ¡ah!, vete, vete cuanto antes. Pero
no te vayas aún, no te vayas, gitana.
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