Amor
de otoño
(fragmento)
¡Un
sol de otoño, señora mía
Un sol de otoño que envidiaría
la primavera del Mediodía.
Un sol de otoño que envidiaría
la primavera del Mediodía.
También
los valles visten de fiesta
cuando sus rayos doran la cresta
de la cercana colina enhiesta;
cuando sus rayos doran la cresta
de la cercana colina enhiesta;
cuando
se esparcen por la campiña,
sobre las ramas en donde apiña
su ardiente fruto la fresca viña;
sobre las ramas en donde apiña
su ardiente fruto la fresca viña;
cuando
en las frondas el viento ruge,
gime y jadea, y al rudo empuje
la frágil rama vacila y cruje.
gime y jadea, y al rudo empuje
la frágil rama vacila y cruje.
A
nuestras plantas, que van inciertas
y al azar cruzan calles desiertas,
se precipitan las hojas muertas.
y al azar cruzan calles desiertas,
se precipitan las hojas muertas.
Pasó
la suave melancolía
de la mañana. ¡Ved qué alegría
flota en el aire, señora mía!
de la mañana. ¡Ved qué alegría
flota en el aire, señora mía!
¡Naturaleza
tres veces santa
¡Himno de fuego que el sol levanta
y amor que en todas las cosas canta:
¡Himno de fuego que el sol levanta
y amor que en todas las cosas canta:
Amor...
¿Oísteis...? Amor. ¿Acaso
no véis cómo arde todo a su paso?
Amor de otoño que huye el ocaso.
no véis cómo arde todo a su paso?
Amor de otoño que huye el ocaso.
Dejad,
señora, que un breve instante
pose mis labios, como un amante,
en el extremo de vuestro guante.
pose mis labios, como un amante,
en el extremo de vuestro guante.
Como
un amante que ve de hinojos
la maravilla de vuestros ojos,
de vuestros labios frescos y rojos;
la maravilla de vuestros ojos,
de vuestros labios frescos y rojos;
como
un amante que fuera un niño
que pide, en premio de su cariño,
la flor que adorna vuestro corpiño.
que pide, en premio de su cariño,
la flor que adorna vuestro corpiño.
¡Si
me la diérais...! ¡Quién sabe...! Un día
tal vez formase la gloria mía,
pues como un niño la guardaría.
tal vez formase la gloria mía,
pues como un niño la guardaría.
¿Dudáis?
No en vano mi labio jura,
júroos, señora, que mi ventura
fue una caricia fugaz y pura.
júroos, señora, que mi ventura
fue una caricia fugaz y pura.
Tan
fugaz, tanto, que no soy dueño
de su memoria, y es grave empeño
saber si todo no ha sido un sueño.
de su memoria, y es grave empeño
saber si todo no ha sido un sueño.
Y
nada, acaso, más hondamente
que ese recuerdo turba mi mente,
hiere mis ojos, nubla mi frente...
que ese recuerdo turba mi mente,
hiere mis ojos, nubla mi frente...
(Ved
ese palio de enredaderas:
sus blancas flores son las postreras
y en ellas viven las primaveras;
sus blancas flores son las postreras
y en ellas viven las primaveras;
bajo
sus hojas el sol no brilla;
ofrece un tronco rústica silla.
Cerrad, si os place, vuestra sombrilla.)
ofrece un tronco rústica silla.
Cerrad, si os place, vuestra sombrilla.)
Caricia...,
sueño... La historia es breve...
Mas, ¡quien a hablaros de amor se atreve
si en él es fuego y en vos es nieve
Mas, ¡quien a hablaros de amor se atreve
si en él es fuego y en vos es nieve
Frío
de nieve pasa por esos
labios inmóviles, nido de besos
por repentinos desdenes presos...
labios inmóviles, nido de besos
por repentinos desdenes presos...
Jamás,
señora, la ley se infringe;
pasión, desvíos o celos finge,
pero su enigma guarda la Esfinge.
pasión, desvíos o celos finge,
pero su enigma guarda la Esfinge.
Y
hasta hoy la clave no he descubierto,
y ya mi barca se acerca al puerto...
las playas solas... el mar desierto...
y ya mi barca se acerca al puerto...
las playas solas... el mar desierto...
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