viernes, 5 de septiembre de 2014

ENRIQUE LARRETA



La fragua

 

Pinta el fuego con brocha anaranjada
la tiznada pared. Ya la blancura
del caballo se enciende y la herradura
es en el yunque fruta colorada.

No importa que mi vista fascinada
mire tan sólo el hierro que fulgura.
Lo que triunfa en mi ser, lo que perdura
es un son de campana amartillada.

Velo que así levanta misteriosa
la gran naturaleza. En cada cosa
su ritmo. Ritmo toda, por su ritmo

se descubre. Los golpes que escuchamos
muévelos a compás un logaritmo
de la música inmensa en que ondulamos.

 

 

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