viernes, 5 de septiembre de 2014

LEOPOLDO LUGONES




Contrabajo

 

Dulce luna del mar que alargas la hora
de los sueños del amor; plácida perla
que el corazón en lágrimas atesora
y no quiere llorar por no perderla.

Así el fiel corazón se queda grave,
y por eso el amor, áspero o blando,
trae un deseo de llorar, tan suave,
que sólo amarás bien si amas llorando.

 

 

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