viernes, 23 de enero de 2015

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO

 

Otra mano

 

Tiemblan inviernos en mi mano yerta,
y en la tuya, cerrada, no consigo
ni acción de amante ni calor de amigo;
y así busco otra cálida y abierta.

Mujer desconocida, si a tu puerta
golpean los nudillos de un mendigo,
¿lo dejarás entrar, dándole abrigo?;
¿le extenderás tu mano, aunque inexperta?

Mis alforjas al hombro están vacías
de haberlo dado todo. ¿Me darías
de tu pan y tu vino junto al fuego?

Serás un intervalo en mi camino,
o tal vez mi objetivo, mi destino,
al que tras tanto deambular hoy llego.

 

 

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