Sonetos
de la Zubia. Nº 25
Dile
a la muerte, amor, que no me olvide;
que
tengo el corazón ya bien dispuesto,y previstos, al fin, palabra y gesto
con que de ti mi cuerpo se despide.
La
vida, sólo en vida, no se mide;
ni la pasión, en dulce manifiesto.
Vida y amor no mueren: sobre el resto
es un
azar nocturno quien decide.ni la pasión, en dulce manifiesto.
Vida y amor no mueren: sobre el resto
Yo no soy sino aquello que persigo:
una lluvia de mayo en tu mejilla,
tu fuego en paz, tu bienestar de trigo.
Qué
vida, tras la muerte, tan sencilla:
yo,
ensimismado, transcurrir contigo de un sueño a otro, de una a otra orilla.
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