jueves, 7 de enero de 2016

DARIL FORTIS




Historia



Al pronunciarte te toco.
Toco tu cuerpo, tu nombre, tu imagen,
toco tu inexistencia en la mente de millones.
Cuán poderosa es la voz,
cuánto poder puede encapsularse en las palabras,
cuántas mentes citadas.
Porque cuando digo
hombre
se desprenden de los cuerpos
millones de representaciones simbólicas,
millones de hombres dismorfes
que se aglutinan en mis labios,
en mi lengua que se contrae y relaja.
Y cuando digo corazón
secuestro a los corazones del mundo
entre mis manos imaginarias
los aprieto, los junto y
creo un corazón con miles de latidos,
un corazón arrítmico
condenado a una vida de muertes espontáneas
y resucitaciones súbitas.
Y cuando nuestras palabras sean erráticas o inconclusas
excitaremos símbolos quiméricos,
de ojos inacabados, de pies mutilados por nuestra lengua
destrozados por nuestras dentelladas silentes.


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