Elegía
funeral a una joven dormida
Rilke
ha muerto
Orfeo
ha abierto los ojos y tiene sed
El
cuerpo de una joven blanca reposa sobre mi cama
Rodeada
de flores, parece el otoño.
Le he
preguntado a mi madre si habrá de quedarse mucho
A
dormir,
Mi
madre ha dicho que debemos preparar la mortaja.
He
entrado a hurtadillas a mirarla
A
hurtadillas como un ángel pequeño
Con
el ardor de la infancia en el corazón
Con
el brillo de la infancia en los ojos
Con
la impaciencia de la infancia en las manos.
Le he
preguntado a mi padre si la conoce
Su
nombre, un nombre,
Mi
padre ha guardado silencio.
Afuera
las flores,
El
olor a jazmín era insoportable.
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