Poemas de agua dulce
(fragmentos)
III
Las
niñas que se bañaban con nosotros
han
madurado también bajo la luz.
Son
los mejores frutos del verano, lo sabemos,
pero
las ramas de que penden aún son altas
a
nuestra torpe y ciega timidez.
Río
arriba se bañan cada tarde
y el
agua llega hasta nosotros perfumada.
Ahora
las miramos desde lejos.
Son
como una parvada de palomas
que
se apartan un poco de nosotros
para
obligarnos a volar.
***
Artemisa
fue cruel:
convirtió
en ciervo al hombre que la miró
desnuda
en estas aguas
y lo
arrojó a los perros.
Afrodita
al contrario, esta tarde lo supe,
le
habría desnudado el corazón
para
que se bañase junto a Ella.
***
De: “La Noche es el mar que nos separa”.
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