Película
El
hombre del lobo no, del bosque
aquel
leñador que intacta salva
a la
niña de la caperuza.
Leves
palmadas regresan
calientes
rozada casi blanca bombachita
sobre
las rodillas oscuras
de
franela áspera.
Quién
confundió la escena
era
aquella, no ése
sino
aquí
no
regresa la muda
de
ojos abiertos.
Ni
contemporáneos ni testigos
hay
en la infancia.
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