miércoles, 13 de septiembre de 2017

FRANCISCO BUSTOS



  
Grito otoñal



Caen como destellos estos rayos de luz sin calor, vienen de improvisto y sin nada de abrigo.
El gris se aproxima y absorbe a estos rayos despavoridos.
Caen como truenos los gritos de otoño en la ciudad.
Salen por las gargantas temblorosas; entre vapores y temblores, estos gritos de otoño.
Esos gritos sordos, esos gritos sin escucha.
¡Vienen los vientos!
Vuelan por los aires pétalos de rosas, arrancados de sus manos temblorosas, sus tallos sufren, se doblan ¡resisten! y dan alaridos ante cada grito de otoño que viene doblando en la esquina, atravesando los jardines. Arrancando pétalos, lanzándolos por los aires sin control.
¿Dónde caerán?
Se estrellarán contra el pavimento o caerán en un suave colchón de hojas secas desprendidas por el viento, calmando el dolor de esos pétalos histéricos en suave y vertiginosa caída.
¿Dónde estarán?
Esos pétalos perdidos temblando de frío.
Los gritos de otoño vienen como vientos enfurecidos arrancándolo todo o
¿limpiándolo todo?


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