miércoles, 13 de septiembre de 2017

VÍCTOR MANUEL PINTO




Uno



Desde arriba del cuerpo comienza el dominio o la salida.
Ninguna mirada desde lo alto nos abarca
sin la observación de nuestra pequeñez.

Ahora siento: Toda la calle
es una imagen que me duerme
en los objetos, en los deseos: Zapatos, carnes, colchones…

Así, hasta la noche, tirado en cruz, mirando al cielo:

– tapado por un techo y más arriba

– tapado por las nubes y más arriba

– tapado por la imagen de una cruz que me rige.

Desde arriba del cuerpo, con paciencia, para entrar y salir.






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