lunes, 6 de noviembre de 2017

ANTONIO SALINAS



  
Enfrente de esta casa



a

En el rincón de la casa
escondido de mí mismo
no quiero convencerme de nada.
Hablo con una mancha en la pared
de donde sale una lluvia ácida.
Ahora que nadie me ve
sólo tengo voz para defenderme.
Escribir sobre la hoja
es darle cuerda a los fantasmas.

  
b

Sirvo la primera taza de café del día;
cargado para no continuar
incluyéndome en esta pesadilla.
Alguien abre la ventana de enfrente,
una muchacha asoma la cabeza,
trae el cabello alborotado.
Pasada la mitad del alba
descubre la cortina una anciana,
detrás la muchacha detiene el tiempo un instante
mi corazón se luce como la puerta de un árbol extinto.



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