jueves, 28 de diciembre de 2017

GERARDO FLORES




IV



No habla, la mirada lo pierde todo.
Las manos enrojecen con cada latido,
rojo y más rojo;
la luna roja, el cielo rojo.
El corazón negro hace que todo explote
en diminutas brasas de fuego.
Entonces el odio nace,
la ira anda a tientas
y la muerte ya sabe su camino.


De: “Passionaria”



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