miércoles, 6 de diciembre de 2017

MORIANA DELGADO



  
Hombre de ámbar



Es la tarde de las gotas ámbar
bajo estas escamas que me conforman
y estos versos demenciales que me contienen.
No hay jugarretas, no hay dolores
no hay nadie bajo estas inmensas laceraciones.

Es la tarde de la insulsa piel
donde se mecen mis ánimas
y me frustra mi lengua corta
mis manos inhábiles
mi voz queda.

Es la noche que me retendrás bajo esta ciudad
de bálsamos imperiales
y de dinastías inexistentes,
donde la sangre es difícil de lavar
y las manos, hostiles de apaciguar.

Qué queda bajo esta daga que me encierra,
bajo este frío prólogo de piedra
que es mi cuerpo,

Sólo un cruel fantasma de hiedra.




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