domingo, 31 de diciembre de 2017

SANDRA URIBE PÉREZ




[Hipótesis tardías]



Si mi casa estuviera hecha con palabras no me calcinaría el silencio,
la humedad y las grietas no serían más que metáforas del frío
que se alimenta con mis huesos.

Si mi morada fuera un poema tendría una fuente en la mitad del patio
y las monedas oxidadas por la memoria de tantos deseos perdidos
no hablarían en los bolsillos del hambre.

Si la argamasa de los muros estuviera hecha de aliento incontenible,
si las vocales llenaran las horas con ese humo que no asfixia,
sería difícil desprenderse del fuego,
alejarse cuando el crepitar se hace canto y la luz sube por la garganta:
no mediarían en la atmósfera los vocablos de la muerte,
no podría, como ahora, olvidar la manera de respirar.



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