Asesino número 1
Ni el
pequeño bote pesquero
que
cruza perpendicular al horizonte
desgarrando
con sus mástiles y la estela blanca tras de sí
la
impresión de este paisaje fijo
O los
camiones cargueros
sucesivos
desde
el almacén estación liminar del muelle
donde
una draga holandesa se petrifica
O la
repentina gaviota
cuyas
alas preguntan la dirección del aire
Nada
aquí tiene prisa
El
colegio marino
cúmulos
cirros limbos estratos
Nada
aquí parece tener prisa
Sólo un
vaivén que anega de lentitud los relojes
y
repite la confusión en los ojos
Aun el
recuerdo
único
modo de que permanezcas
fluye
lento
Y sé
que también se evapora
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