viernes, 12 de enero de 2018

JORGE LARA




Asesino número 1



Ni el pequeño bote pesquero
que cruza perpendicular al horizonte
desgarrando con sus mástiles y la estela blanca tras de sí
la impresión de este paisaje fijo
O los camiones cargueros
sucesivos
desde el almacén estación liminar del muelle
donde una draga holandesa se petrifica
O la repentina gaviota
cuyas alas preguntan la dirección del aire
Nada aquí tiene prisa
El colegio marino
cúmulos cirros limbos estratos
Nada aquí parece tener prisa
Sólo un vaivén que anega de lentitud los relojes
y repite la confusión en los ojos
Aun el recuerdo
único modo de que permanezcas
fluye lento
Y sé que también se evapora


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