viernes, 12 de enero de 2018

DOUGLAS TÉLLEZ




Antropología



Reconozco nuestra edad
en las aristas de las piedras.
Ahí donde la furia de río
talló la punta de la lanza o el
áspero filo del hacha que bajo
el reflejo de la llama dio muerte
a la fiera.
Reconozco ese zumbido de plumas
con él se fueron nuestros primeros
anhelos. Soñábamos con destronar
a los dioses atrapados en sus torres azules.
Reconozco los ocasos clavando sus rayos
sobre el lomo de briosos potros de espuma.
Con ellos iban y venían el eco de los truenos,
las canciones del arrabal, las muchachas con
el corazón palpitando entre sus manos, después
de abandonar el arca de los cisnes desplumados.
Reconozco que cierro los ojos.
Que apenas logro distinguir un puntito oscuro
en la perspectiva que minuto a minuto es más profunda,
más distante como un túnel.
Sostengo tu manita entre mis dedos.
Llega el momento de reconocer
que también para nosotros todo termina.
Colgarán de museos antropológicos
nuestros cráneos, nuestros roídos trajes
y nuestros corazones enterrados en vasijas.

De: “Nuestras casa crece entre sus muros” (poemario inédito).


No hay comentarios:

Publicar un comentario