Apalabrarás
Hazlas,
poeta,
haz que
se traguen todas sus palabras.
Octavio Paz
Describir
las paredes que nos acompañan,
la
deidad de las palabras
arropadas
bajo lo clandestino de una voz.
Hablar
de los amores a medio descubrir,
de la
rótula formando piel
para
caminar hacia lo incierto.
¡Ah! la
metáfora,
anfitriona
en mis pesares,
cobra
por piel lo que de amor y fervor
le
resta a mis sílabas,
y
aunque silabática acostumbro abrazar
el
cardumen de letras
en las
aguas azules del destierro.
Prenso
la piel con esquirlas
de un
Boom que lleva todo rechazo,
un
alfiler que puntea los pasos
de las
atolondradas en su desnudez.
Afiladas
costillas con que se escribe
lo que
ya desgasta en todas las historias
de este
amor que se ha de vivir
inalterable
en los rostros de los que juran amar.
Mientras
los transeúntes despilfarren su mirada en mí
me
vuelvo una nación, soy una nación
y un
hombre ha de fundar ciudades en mi nombre,
mi
nombre que ya es de todos
y a
todos les parece de nadie.
Amor
que por devoción cae intrépido
como
agua derramada en los balcones,
éste
ser de milagros que a todo predica,
aproximaciones
del augurio
al final
del párrafo que no se leerá.
Parafrasear
de tu voz es parte de lo miserable.
Alegórica,
perdida,
busco
acurrucarme en lo paralelo,
antítesis
del misterio de una boca.
Pero
no,
los
amantes se besan
en la
esquina que crece hacia adentro.
La raíz
de todo siempre es un hombre,
la raíz
de un hombre siempre es la mujer,
la
mujer y el hombre agotada raíz del todo
pero
aun así esto de amar con prédica
no va
con tu nombre, ni con el mío.
Corazón:
La
palabra es el artificio y el yugo de todo poeta.
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