A
Rafael y Roberto Orozco
Por
larga distancia te cuenta tu madre
que hoy
podrías cocer un huevo en el toldo de algún carro si quisieras,
que no
es conveniente salir a la calle al mediodía,
que hay
50 grados de un resentimiento para todos.
Te
cuenta que el periódico de hoy señala
que
este año ya hay más muertos por el narcotráfico
que
caídos en la guerra del Irak.
No
sabes si decirle que exageran
o que
al final, tal vez, tengan razón.
Será
sólo el verano rugiendo sus bromas.
Otro
día la voz de tu madre tiene algo de gladiolo y tierra,
todo
porque no sabe explicarte
cómo a
veces la vida es un espejo que duplica la muerte.
Entonces
la voz de tu primo Rafael desde su tumba
te
sigue preguntando:
¿Qué es
lo que hacen los poetas para ganarse la vida?
Pero él
ya no vive para poder explicarle
que un
poeta no se gana la vida,
que la
vida nos gana con trampas el juego
y es un
lugar común decir que es injusta como la muerte.
De: “Contraverano”
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