He nacido oscuro para
el resto del día
y tras
una nube
el ojo
de Dios guarda silencio.
Soy la
sombra de todos los rostros,
dependiente
de tiempo completo,
maestro
por horas de miseria,
desempleado
frente a las marquesinas.
Hoy
llevo un dolor de piedra entre las manos.
Lejos
de toda caridad
soy
profeta y apóstol jubilado de la fe en mí mismo.
Oficio
los silencios de la página.
Soy héroe,
peatón
del instante y la sorpresa.
Aquí
guardo la plegaria del azar
y una
sensación de sed como aguja en las palabras.
Hoy no
tengo necesidad de fingir
que
elijo la vida que me toca.
De: “Cuaderno de Tyler Durden”
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