Sala 4
Y así
que al fin
te
definiste por ser actor.
Ayer vi
tu film,
me dejó
los cabellos azules
por los
choques eléctricos.
Yo me
vestí de verde pues era martes
y los
martes tengo la boca llena de duendes.
Si,
también es cierto
que
ando los zapatos cubiertos de grillos,
que voy
con ojos entreabiertos
y jamás
he vuelto a discutir
por la
colección de alfabetos que perdí.
Alguien
dijo ayer
que el
rojo de tus dientes
fue por
morder mis recuerdo,
lo que
no es cierto
es que
escapás en las madrugadas
a
firmar los graffitis que dejé
con el
pincel de mis sueños,
y lo
único real de tu cuento
es que
no estabas,
que tu
ausencia ha vuelto sepia
el
cortometraje de mi dolor
y para
colmo,
la
maldita pantalla se trago mis delirios
y yo,
de inocente,
encontré
tu nombre en la lista de reparto.
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