Canción de amor para las noches de diciembre
Tu
cuerpo es la prueba más tangible de que la muerte viene.
Me
miraste a los ojos, con ese mirar tuyo de iglesia en llamas.
Tomé tu
mano y corrimos boulevard al sur.
Espadas
y nieve caían del sueño
mientras
la loba hambrienta venía por tus negros huesos,
por tus
gloriosos cabellos de espantapájaros.
Loba,
tú que alumbraste al ciervo, ruega por nosotros.
La
muerte es la prueba más tangible de que tu cuerpo viene.
De: “Para cantar bajo la lluvia”
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