lunes, 19 de noviembre de 2018

RAMÓN MARTÍNEZ LÓPEZ




  
Pequeño cuento



Era tu cuerpo una ciudad desierta,
infinita de sueños y de aceras.
Bordeaba la luna tu sonrisa
al vaivén de tu mar y mis caderas.
Sí. Era tu cuerpo una ciudad desierta
y yo, un vagabundo sin prisa
por tus calles.



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