martes, 17 de septiembre de 2019

EMILCE STRUCCHI




 
IV



Cada vez hay menos territorio para perpetuarse agua.
La fura de mi carne bebió de un trago su hendidura densa

Anochece.
El vacío me abruma los párpados.

A media luz
presiento lo que nunca acaricié
¿o lo que no seré capaz de dar?

Hambrienta
ella me confía que me mantendrá impura.

Entonces
la mujer
insiste
anónima.

Arrasa
con voracidad.



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