jueves, 17 de octubre de 2019

FERNANDO SALAZAR TORRES





Exhumación



Barro el nido de los espantos
con el plumero de la bruja;
saltan, retozan y vagan los trinos
nocturnos en los álamos del lago.
El corifeo de las grullas, no,
digo, el adalid de las lobas
muerde el grito en la cima;
allá, más acá de las providencias,
vates y clérigos formulan
el grimorio de la edad cósmica.
Sacudo el pánico,
limpio el polvo de la casona
al ocaso de tres vírgenes hadas;
la torre de los magos testifica
de la sombra vecina,
la luz que bajo tierra chupa el hueso.
Las órdenes mueven los astros,
los dioses caen en forma de piedra
de rodillas suspiran la penumbra.
Otra vez el grito, un hallazgo
en la piel de las monjas,
de la cruz hay calor de sangre,
olor de agua, salitre, a subterráneo
de flor ensucia los ojos, las manos,
y el desamor de dios en sus hocicos.

El universo o la escritura,
el orden o la luz
da pareja muerte en el patio
de cualquier templo,
en esa piedra la fe incendia,
quema la carne, y el sacramento
por la vida se inhuma
al lavarse los párpados
al nevarse los ojos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario