“oh Dios ridículo”
oh
Dios ridículo vuelve a mí
mi
madre a sus treinta
se
asomó al porche del frente
la
enorme almohada de sus pechos
presionando
contra la baranda
llamándome
a la cama.
Tenía
casi dos años cuando mamá murió
Apenas
puedo recordar su canción
el
olor de sus manos
aunque
su pelo salvaje rasguña mis sueños
en
la noche. Vuelve a mí, oh Señor de entonces
y
ahora, el llamado de mi madre
su
joven voz tarareando mi nombre
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