Prospice
¿Temer
a la muerte? Sentir la niebla en mi garganta,
La
neblina en mi rostro cuando llegan las nieves,
Y
las ráfagas que anuncian que estoy acercándome;
El
poder de la noche, la fuerza de la tormenta,
La
asechanza incansable del enemigo.
Allí
está, el horror supremo en forma visible;
Sin
embargo, el hombre temerario debe acercarse,
Porque
el viaje ha concluido y la meta alcanzada;
Las
barreras caen, aunque falta una batalla para la conquista,
La
recompensa de todo lo anterior.
Siempre
fui un guerrero. ¡Una lucha más, la mejor y la última!
No
deseo que la muerte vende mis ojos,
Que
atenta me hiciera pasar arrastrándome.
¡No!
Dejadme conocer todo su sabor,
Quiero
ser como mis padres, héroes de antaño,
Soportar
la embestida, pagar las deudas de una alegre vida
En
un minuto de sufrimiento, de sombras y de frío.
Porque
para los valientes lo peor se transforma en lo mejor,
El
momento sombrío termina, y la furia de los elementos,
Las
voces demoníacas desatadas se someten, se inclinan,
Cambian,
se transforman en una paz que nace del dolor;
Luego
una luz, luego tu seno, ¡Oh, tú, alma de mi alma!
¡Volveré
a abrazarte y que la paz sea con Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario