En Greenwood
(Camposanto
de Nueva York)
Al
lado de estas aguas silenciosas,
en
medio de este bosque, en este asilo,
debajo
de estas gramas y estas rosas,
es
donde quiero reposar tranquilo.
¡Y
pronto debo reposar!
Mis
días
se
tiñen ya de pálidos destellos,
y
anuncian mis postreras alegrías
las
nieves de la vida en los cabellos.
Mas,
¿qué será si en las nocturnas calmas
salgo
a vagar como las sombras suelen,
y
en vez de hallar mis quejumbrosas palmas
los
sauces sólo de mi afán se duelen?
¡Oh!,
¿qué será si en honda pesadumbre,
sentado
a meditar sobre la losa,
suspiro
por mi pueblo en servidumbre
y
el cielo busco de mi Cuba hermosa?
¡Tormentoso
será!
Mas
si tardío
nace
a brillar el sol de mis anhelos,
cabe
la orilla del paterno río
llevadme
a descansar con mis abuelos.
Y
allí donde mi cuna en hora amarga
al
capricho meció voluble suerte,
dejadme
al fin depositar la carga
y
dormir en el seno de la muerte!
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