lunes, 26 de octubre de 2020

REYNALDO URIBE

  


 

 

 

Cerrojos

 

 

Una llave extraviada

 en la profundidad del océano o en

 osamentas que calcinan las arenas

 escorpiones que rondan pisan

 anidan donde tiempo atrás habitó

 un sueño

 una ilusión

 otro escorpión.

 

  

Viento. Sólo viento en las entrañas

 de la memoria. Sólo memoria en las

 entrañas. Sólo viento.

 El mar es indescifrable para las tormentas

 del desierto las arenas enceguecedoras

 son indescifrables para los caracoles

 o el canto de las sirenas.

 El sonido suele ser una falacia

 para aferrar a los sordos

 al mundo de los ciegos. Hay rocas

 volcánicas más duras que el corazón

 más duro

 más livianas que la mirada.

 Mitos y epopeyas rondan el gesto

 sombras chinescas sombras de los gatos

 sombras de los sueños.

 La fragilidad de memoria de los dioses

 la proyección infinita hacia el olvido

 de oraciones

 rituales

 sacrificios

 flagelos para alejar a dios del cuerpo

 comuniones con el lado oscuro e insondable

 de uno mismo

 su memoria

 sus deidades.

  

 

Voces afónicas

 agónicas

 claman

 exigen

 suplican

 extrañan

 una llave

 algo parecido

 a una palabra.

 

 

 

 

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