Juicio
He
aquí que de pronto recuerdo,
y
me digo: He vivido.
Aquí,
en mí, tengo que decírselo
a
alguien, a fin de que corrobore mi certeza.
Una
y otra vez digo: He vivido.
Y
el incrédulo desmiénteme, replica:
—Conozco
cuanto sueñas,
niño
mío. Ya
iremos
a conocer la vida, a comprobar
los
frutos:
quiero
de ti un testigo lúcido.
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