domingo, 23 de mayo de 2021

CARLOS ALBERTO SORIANO

 

  

Alegría

 

 

Con el alma gloriosa y en flor
me acerco a la orilla del miedo,
y no,
no me aterra su vapor etéreo,
ni me llena de espanto su aliento.

Con los pasos vibrantes del gozo,
todavía galopando en mis entrañas,
regreso del dolor
y del sobresalto,
y asomo a la alegría
de un corazón ayer estrenado.

Tengo en la frente los rasgos inútiles
de una severidad imperfecta,
los resabios de un fracaso mundano,
miles de abrazos prisioneros,
millones de besos sin remitente,
y muchas canciones anegadas
en las sórdidas ciénagas del miedo.

Hoy me bastan diez palabras
manuscritas sobre el papel manchado
mancillado, ajado y percudido,
para verme de nuevo
flotando sublime en cielos purpúreos,
nostálgicos, serenos, profundos,
¡enloquecidos de sentimiento
en explosiones jubilosas!

Vivo.
Renazco.
Soy inmortal, soy hombre nuevo.
Tengo en el pecho un centenar de duendes
jugando entre sortilegios vivaces.

 

2011

 

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