lunes, 17 de mayo de 2021

ELISA HUEZO PAREDES

 

 


 

Mínima oda a la lengua humana

 

 

¡Oh dócil prisionera dúctil, tierna,
que vibras y te agitas en tu cárcel
de doral y marfiles!
Constante agilidad aún en silencio
hace móvil tu oscilante latido
y tu temblor de llama jubilosa.
Fresca delicia te mantiene alerta, estremecida y vívida,
húmeda, blanda en tu ejercicio aislado.
Ama y Señora. Guardiana del secreto inconfesable.
Sutil y dulce cual remoto fruto…

 

El más muelle y elástico deleite
anima tu fragilidad tibia de gozosa escarlata.
Instrumento febril, servil o noble de activas mentes;
transmisora inmediata de la idea
que en la razón madura
y áspid letal, viscoso en el instante
de la iracunda afrenta.

 

Cautiva entre corales y marfiles, llenas el aire,
el ámbito se llena de resonancias puras o nefandas.
En suave lecho púrpura licuas la candidez traslúcida, intangible
de la Hostia Consagrada
arrastrando su albura candorosa
en tus ásperos jugos, hacia complejos túneles, laberintos oscuros.

 

¡Gloria a ti, excelsa lengua de profetas!
Gloria a ti lengua de juglares y magos:
Los cantos que han rodado por el mundo
necesitaron de ti para esparcirse
en leyendas y notas, en idiomas extraños
y aún sin salir de la caverna pétrea
las voces del lenguaje, tu conmovida palpitabas
oculta y encendida bajo hirsutas pelambres presintiendo
la majestad de la palabra pura,
el diáfano fluir del verbo ileso.
Y el cántico dormido
vibraba en ondulante voz informe.

 

Mas tu goce era pleno, frutal, brutal al deglutir manjares
de frescas presas, suculentas primicias atrapadas
bañándote en el rico y abundante producto
de la montaña primigenia y densa…
¡Oh prisionera dúctil, tierna!
Grana gozosa y tibia:
eres caricia deliciosa, fulgurante gema
rudimentario beso balbuceante.

 

Pero es tan singular tu contextura,
el ritmo que te anima y que te mueve
que pareces la sierpe de un paraíso
que solo tú conoces y posees.
Bondad cuando recibes
con humilde ansiedad el alimento
para nutrir la mísera criatura
que imperiosa demanda su imprescindible cuota.
Llama que lame con frescor del fruto
el fruto que le ofrece su frescura.
Velero alado que hacia el aire vuela:
si “las palabras se las lleva el viento”
tú las retienes vivas, presas, sueltas
regando de milagro el universo.

 

Gloria a ti, excelsa lengua de profetas,
de poetas, Apóstoles y sabios;
la mesurada y parca del filósofo
y la locuaz y pertinaz y necia
del mendigo de Tormes
proliferada en múltiples discípulos.

 

Mas…digna de piedad la acongojada
que se engaña eufórica esparciendo el temible veneno
la execrable que silba murmurando,
la que difama y miente…
reflejo es de un espíritu monstruoso
que ha trocado su llanto en inmunda saliva.

 

Pero a ti, órgano melodioso y sibarita,
rubí sedoso, absuelto y exculpado,
inofensivo esclavo servicial y radiante
de la mente que incuba la semilla, mala o buena
siendo inocente tú, ajena a quien te rige:
A ti lanzo mi canto, salva o salmo
gozosa encarcelada sin barreras, cautiva soberana,
madre inicial inaugural y plena
del humano lenguaje del Espíritu.

 

 

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