Asterión
Mi
padre no duerme.
Quizá
sea que la noche
se ha vuelto laberinto.
Mi
madre, como Ariadna
deshace madejas de cuidados
al tanto que un sádico Minotauro
carcome sus huesos.
No
sé cuánto se invierta en esta empresa,
a veces pienso que jamás termina.
Por
la mañana, mi padre sueña,
lo hace de tal manera
que pareciera ya no despertar.
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