miércoles, 28 de julio de 2021

DANIELA C. KOMATSU

 

 


 

 

Solo eras tu

(A Él por ser mi inspiración)

 

 

 

El tiempo se acaba, la vida no es la misma, el cielo se desgastó y las nubes se disolvieron con el viento, con la lluvia. Las aves no vuelan y los animales ya no se levantan del suelo.
Hay un paisaje irreal que se dibuja difuso frente a mi y mis ojos no logran distinguir su color. Las rosas no huelen a perfume y el atardecer me sabe algo amargo. Las estrellas no salen por las noches y el sol cansado se duerme temprano.
Las calles lloran en su soledad y los perros no ladran con el mismo fervor.
Acaba el día y finalmente caigo rendida sobre mi cama sin saber que le sucede al mundo o que es lo que me sucede a mi.
Me senté una solitaria tarde a reflexionar, repasé detenidamente cada momento de mi vida, los días en los que me sentía sola e incapaz de cualquier cosa.
Entonces encontré el problema, ahora se que hacía mudas mis mañanas y melancólicas mis noches.
Sólo eras tu, tu ausencia es lo que me mata, lo que no me deja vivir. Revivir en sueños la vez que te marchaste, sólo te dirigiste hacia la puerta, sin decir palabra alguna y luego no te volvi a ver. Solo Dios sabe cuantas lágrimas derrame, cuantas veces te llamé sin obtener respuesta. Quería escuchar tu voz, sentirte cerca una vez más, aunque te encuentres a kilómetros de mi.

 

 

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