Signos
Me
lo dijo la primera noche
que
dormimos juntos:
—mi
amor es una niebla,
un
destino que se apaga
sin
remedio.
Su
belleza destruyó
a
otros seres
que
lo amaron.
Por
eso, la primera noche juntos
no
hicimos el amor.
Nos
quedamos vestidos
con
nuestras historias.
Tejí
un amuleto rojo
para
mi sostén,
uncí
mi pecho
con
el llanto de mi árbol.
Lo
besé a la misma velocidad
con
la que descubrí el mundo,
me
mudé de país,
le
oculté los defectos
de
mi otra mejilla.
Hice
todo para cambiar la suerte
pero
lo terrible me abrasó.
El
futuro se destruye
por
encima de cualquier promesa.
Repetimos
la palabra “nosotros”
hasta
hacerla ruido,
hambre.
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