lunes, 23 de agosto de 2021

SANTIAGO ANTONA

 

 

 


Caminar por la calle es cavar su propia tumba
y cada paso un girón de pecho,
un último abismo en cada palpitar.
México, el país donde las faldas se han convertido
en armas suicidas
y las horas en toques de queda.
Aquí no existen las luchas diferentes
ni un nombre que no sea de todas,
porque la muerte tiene nombre de mujer.
Alguien camina por la calle
y en las paredes puede ir leyendo su epitafio,
igual que puede leerse
el próximo encabezado en la Nota Roja:
“Mujer camina por la calle
a cierta hora,
con cierta falda,
y ha cavado su propia tumba”.

 

 

 

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