Canción de cuna
Los
ruidos familiares
no se van con los muebles en el camión de la mudanza.
Se
quedan atrás,
atraviesan la madera del tiempo en las alcobas
como en mundos paralelos.
Resisten
como pueden
la invasión de los nuevos inquilinos, pero poco a poco
las voces de los niños se confunden con el eco de otras voces.
A lo
lejos
la risa mandarina de mis hijas
cambia de tonada al arribar a la memoria.
El
pasado es un sonoro mausoleo comunal.
Un opaco bullicio de recuerdos novelados
habitan nuestras casas vacías.
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