18.
Mi
madre no sabía de arte, ni de cuadros, ni de partituras; simplemente cerraba
los ojos y adivinaba la belleza en las cosas. Así fueron mis primeras clases de
estética trascendental.
Con el tiempo (los Cronopios tarde o temprano llegan) me enseñaron sobre Paul
Klee y Jackson Pollock.
Con el tiempo (los Cronopios tarde o temprano se van) lo natural entró en una
pantalla y ahora el gallo canta encerrado en un programa.
<Este es el regalo supremo de la ilusión>
Mi madre se sienta a tejer su propio tiempo
De: “Cuadernos de Akakor”
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