domingo, 10 de octubre de 2021

BEATRIZ RUSSO

 

 

 

El tonel de las Danaides

 

  

Después de ti, todo era molesto,

molestaban las caricias que sobre mi cuerpo

ansiosas confluían.

Entonces deseé ser menos humana.

No tener piel, para no sentir que otras manos,

no las tuyas, me tocaban.

No tener boca, para que los labios de todos

no encontraran la entrada a mi infierno,

al infierno que quema su lenguas innecesarias.

No tener ojos para no desviar la mirada

que no te reconoce en sus rostros.

No tener pubis para que no me buscaran

a tientas los penes vendados,

que torpemente chocan contra mi muro.

 

Entonces deseé ser menos humana

y se me puso la piel de madera,

y pedí ser aún menos humana

y se me fue ensanchando la boca

hasta hacerse tan grande como mi cuerpo,

y aún pedí ser menos humana

y se me fue holgando la vagina

hasta hacerse tan grande como mi cuerpo.

 

Pedí, yo pedí, pedí ser menos humana

y entre todos me han convertido

en el tonel sin fondo de las Danaides.

  

De: “En la salud y en la enfermedad”

 

 

 

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