El
viaje
Para Winifred Nicholson
Al
atravesar la colina de fósiles
recogí pequeñas piedras segmentadas,
y el mar arcaico recordaba
donde una vez estos guijarros fueron mis huesos.
Al
caminar por la muralla romana
el viento soplaba hacia el sur desde el polo.
Oh yo he sido esa violencia arrojada
contra las fortificaciones del mundo.
Al
caer la noche en una iglesia¹ vacía
sentí el miedo de todas mis muertes:
figuras que había visto con ojos de animal
abarrotaron de misterios la oscuridad.
Me
detuve al lado de una torrentera
donde los cardos² crecían sobre un montículo
que tantos días había sido mi hogar,
donde ahora mi corazón se pudre bajo tierra.
Fui
la trucha que la charca frecuenta,
la presencia umbrosa del riachuelo.
De un sin fin de vidas dejo en herencia
el hueso derramado y el ala rota.
Fui
el animal agonizante
cuyo ojo frío se cierra en un espinazo quebrantado,
cuyo cadáver no tarda en asfixiarse con el musgo,
cuya calavera se oculta entre el helecho.
Mis
huellas se hunden en arena movediza
y han bebido mi sangre campos de cebada,
mi ciencia trazó la espiral de una caracola,
mi trabajo levantó un túmulo sobre una montaña.
De
lejos vengo y lejos está mi destino,
muchas son las tumbas donde mi pena yace,
mas siempre de los dedos muertos nacen
flores que yo bendigo con ojos vivos.
De:
“The Pythoness”
Versión
y notas de Adolfo Gómez Tomé
1.-
La autora utiliza el término escocés kirk en lugar del común inglés church
en una clara referencia a Escocia, al paisaje de sus ancestros maternos, a lo
que ella llamó en sus Memorias su “tierra legendaria”, su “Edén”.
2.-
Thistles (cardos): Emblema nacional de Escocia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario