jueves, 14 de octubre de 2021

ISMAEL RAMOS


 

 

Retrato de mi madre con una ciruela

 

 

I

Mi madre se restriega una ciruela por el muslo.
Hay un rastro de color. No porque la carne sea blanca, sino porque se pudre la fruta.
Mi hermana escribe sobre cómo las mujeres romanas se maquillaban usando fruta podrida.
Dice que es increíble. Lo que quiere decir es que le da asco.

 

 

II

Mi madre arrastra una ciruela por el muslo. Sentada, no hay dirección.
El gesto no tiene función alguna. Por eso es el gesto del poema. Solo mancha, huele, destaca la desnudez de todo lo demás.
Yo miro apoyado en el marco de la puerta.

 

 

III

Una piel roza otra piel. Se rompe, mancha. Resbala antes de llegar a la semilla. Se deshace.
Y no hay vuelo ni herida.
Si yo miro, el gesto es cotidiano. También el poema. La ciruela tiene el tamaño exacto del puño de mi madre.

 

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