Cielo
de las perdices
los
rayos fríos del sol tristes
trepan la celosía de mi ventana
supongo que las esterculias estarán cargando a cuestas
con el rocío de toda la noche
con la resaca del vino
apetece aún más ese té amargo
abro los ojos
y el perfume Borneol viene a complacerme
el otoño se termina
¡pero los días me parecen tan largos!
aunque la nostalgia de Zhongxuan era más triste aún
mejor dejarse llevar por la ebriedad del buen vino
y no defraudar así a la Flor de Oro que crece en la Barrera del Este
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