miércoles, 24 de noviembre de 2021

MARTÍN RODRÍGUEZ-GAONA

 


 

Pequeño tratado sobre el conocimiento y el sueño

 

 

Tus labios para besar y el abrazo que acompaña siempre
el descanso de tu cuerpo.
El descanso tras el descenso.
Debería de haber alguna forma de atrapar los instantes,
de hacer perdurar
el aroma de tu piel en mis poros, perder al fin toda posibilidad
de dialéctica y movimiento
y que el horizonte sea de pronto algo definitivo,
un pozo plácido y oscuro
varado entre tus piernas.

Así casi valdría la pena no despertar jamás, pero
ambos sabemos que sería imposible
porque nuestra naturaleza es efímera
y, aún peor, indistinta, poco fiable.

Mentimos, pues nuestra única y auténtica pasión
es el conocimiento.
Esa curiosidad, al principio compartida y amable,
pero que también, tarde o temprano,
nos llevará a otro cuerpo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario