muchacha
del verano catalán
Debajo
del alero:
ojos
claros escudriñando,
la
espera, ella
ni
siquiera imagina otros ojos
apropiándose
de sus latitudes.
Nunca
estas miradas
harán
reunión.
Entre
el polvo de los edificios
se
cuelga el murmullo,
un
vino tinto
recorre
los monumentos, salobre.
Aguarda
muchacha
los
menjurjes en la cara
no
quitan tu verdad de niña,
escuálido
cuerpo
temblando
entre
el Mediterráneo y el Vallés.
Sí
diablilla, date cuenta:
no
es la silueta de hilo,
no
es tu cintura,
no
son las exiguas caderas,
sólo
es la mirada triste de infancia
desde
que te conocí,
sólo
es el color de tu piel
el
reflejo dorado que
amarro
como horizonte,
sólo
es tu imagen
reverberando
en el pavimento
de
esta ciudad que me llama,
que
me lleva por tus callejas.
De: “Ahora
que ha llovido”
No hay comentarios:
Publicar un comentario