viernes, 10 de diciembre de 2021

ROBERTO COREA TORRES

 

  

 

muchacha del verano catalán

  


Debajo del alero:

ojos claros escudriñando,

la espera,         ella

ni siquiera imagina otros ojos

apropiándose de sus latitudes.

  

Nunca estas miradas

harán reunión.

  

Entre el polvo de los edificios

se cuelga el murmullo,

un vino tinto

recorre los monumentos, salobre.

  

Aguarda muchacha

los menjurjes en la cara

no quitan tu verdad de niña,

escuálido cuerpo

temblando

entre el Mediterráneo y el Vallés.

 

Sí diablilla, date cuenta:

no es la silueta de hilo,

no es tu cintura,

no son las exiguas caderas,

sólo es la mirada triste de infancia

desde que te conocí,

sólo es el color de tu piel

el reflejo dorado que

amarro como horizonte,

sólo es tu imagen

reverberando en el pavimento

de esta ciudad que me llama,

que me lleva por tus callejas.

 

De: “Ahora que ha llovido”

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