Ruinas
Me
estudio en el espejo: el cabello en retirada, la nariz cada vez más tosca y
retorcida, la espalda curvándose como preguntando. Cada vez más feo y
decrépito, más pobre en imagen; más dichoso. Según se arruina mi cuerpo, cuanto
más insignificante es mi apariencia, más crecido siento el goce de existir.
Para confundirme con la realidad que pasa he de desnudarme por completo, ser la
nada visible y el todo emocionado. El tiempo da sabiduría porque nos despoja de
la forma. Me estudio en el espejo y admiro esta sabiduría del sentir, del
repudiar cualquier molde. No se trata de vivir a ciegas, negando la realidad;
se trata de vivir con otros ojos, los que ven más allá del espejo.
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