Un
corazón,
como una cebolla,
despojándose
sistemáticamente
de sí mismo,
deshojándose,
desvistiéndose,
buscando obstinado
su esencia
y al encontrarla,
al llegar a su centro,
morir.
No existe corazón.
Es sólo la forma
lo que lo define.
De: “Música de rockola”
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