La
condición humana
Tengo
en las manos la condición humana, los hilos
de polen que las abejas dejaron caer en las mesas
de los cafés, un peso de angustia que no llega
para equilibrar un grano de polvo en la balanza
del ser. Pudiera amasarla como se hace con la harina,
darle la consistencia del pan que irá al horno,
y sacarla aún caliente, con la pala del poema, para distribuirla
a mi alrededor. ¡Cuántas rebanadas de condición
humana se podrían cortar! Los hombres
las llevan en los bolsillos, aún humeantes,
escondiéndolas de los mendigos, y los pájaros
recogerían los restos, con sus picos exangües
de un vuelo invernal. Pero pongo el pan frente
a mí, y lo dejo enfriar, viendo la condición humana
evaporarse como el humo. “¿Para qué quieres el pan?”,
me preguntan. Para cortarlo en la noche, y comérmelo
frío, saboreando la dura corteza de la condición humana.
Versión
de Marco Antonio Campos
No hay comentarios:
Publicar un comentario